AURA O LAS VIOLETAS


No sé si lo recuerdan, pero hace un año tuve un problema con el computador y el USB y se me borraron tres entradas que estaban destinadas para septiembre que eran Aura o las violetas de José María Vargas Vila, que analizaré hoy, Don Juan Tenorio de José Zorrilla, el día 9, y El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García, que estará el 23. Además hay una ventaja este año: septiembre tendrá cinco sábados, así que habrá cinco entradas.
Como ocurre en las novelas de Vargas Vila, esta posee un estilo recargado y un particular uso de los signos de puntuación. De hecho, antes del prólogo Vargas Vila advierte que en la novela se usan mucho el punto y coma y el punto aparte; un detalle que hace más compleja la lectura al tener un solo capítulo al igual que ¡Que viva la música! pero más corta. Debido a su longitud, muchas veces es publicada junto con una o dos novelas más de Vargas Vila, que casi siempre son Emma y Lo irreparable.
Aura o las violetas trata sobre un joven que había estado desde sus primeros años de adolescencia llamada Aura y su amor era correspondido. En algún momento él esperaba casarse con Aura pero cuando regresa a su pueblo luego de haber estudiado tres años en Bogotá, descubre que Aura se ha casado con un hombre mucho mayor que ella. Esto hace que sus sentimientos por ella varíen entre el amor y el odio, aún más cuando descubre las verdaderas intenciones de Aura con su matrimonio. Todo termina de manera trágica.
Fotograma de la adaptación fílmica de 1974, que es en gran medida fiel a la novela excepto que fue adaptada a la época en la que se filmó.
De los personajes que aparecen sólo dos tienen nombre: Aura y Pedro. Ya les conté de Aura. En el caso de Pedro, es el mejor amigo del protagonista y uno de los que lo apoya junto con su madre. Además de estos, también sobresale el esposo de Aura.
Aura es una joven que ama al protagonista pero se ve obligada a casarse con el hombre al que su familia hipotecó su casa porque su familia, al haber fallecido su padre, quedó en una situación económica muy grave; no teniendo más opción que sacrificar su relación con el hombre que ama para salvar a su familia. Sin embargo, el tomar esta decisión tan difícil la lleva a la enfermedad y luego a la muerte, susurrando el nombre de su amado.
Vargas Vila compara a Aura con la hija del juez hebreo Jefté y con Atala, protagonista de la novela homónima de François-René de Chateaubriand; ya que las tres mujeres están regidas por el sacrificio y el amor. Así como la hija de Jefté le pide a su padre que cumpla la promesa hecha a Dios porque ella está dispuesta a sacrificarse1, Aura decide sacrificar el amor que siente por el protagonista para salvar de la ruina económica a su familia.
En el caso de Atala y al igual que Aura, está enamorada de un hombre que le corresponde pero con el que nunca podrá estar. Esto la lleva a un final trágico, como a Aura; sin embargo, la muerte de Atala es muy diferente de la que tuvo Aura.
La madre del protagonista es un personaje relevante porque se encarga de cuidar de él cuando se enferma física y emocionalmente al enterarse del compromiso y posterior matrimonio de Aura. El protagonista compara a su madre con María, la madre de Jesús. Así como en la tradición católica María es una figura matriarcal que brinda consuelo y paz a sus creyentes, de la misma manera también lo hace la madre del protagonista al hacerle ver el sacrificio que tuvo que hacer Aura por un bien mayor.
El esposo de Aura tampoco se puede dejar de lado. Pide la mano de Aura y se casa con ella para que la joven pudiera conservar la casa de su familia y esta estuviera bien atendida. Del mismo modo intenta que Aura sea feliz a pesar de su matrimonio sin amor. En última instancia, se siente culpable de haber acelerado el destino final de Aura al apartarla de su amado.
Este asunto de los matrimonios entre jovencitas con hombres mucho mayores que ellas es algo que ya había visto en El sí de las niñas porque implicaban sacrificio de las jóvenes por sus familias, que solían estar empobrecidas. Así como Francisca estuvo por casarse con un hombre de cincuenta y nueve años porque su mamá se lo ordena para que ambas pudieran beneficiarse en el sentido económico, Aura, cuyo nivel económico es aún más pobre que el de Francisca, debe hacerlo para salvar a su familia de la caridad y la posible separación por la que probablemente tendrían que pasar sus hermanos menores pues su madre estaba demasiado enferma para hacer cargo de ellos.
Aura o las violetas es una novela corta que por su estilo lleno de adjetivos, referencias a otras obras literarias y a personajes bíblicos, puede que no sea para todos. Si se puede soportar todo esos detalles, lo recomiendo.
NOTA
1 La promesa que Jefté le hace a Dios se ha interpretado de distintas formas. Algunos expertos han dicho que Jefté ofreció a su hija en holocausto mientras que otros consideran que ella estuvo al servicio de Dios el resto de su vida (lo que implicaba que debía mantenerse virgen) y, por lo tanto, nunca casó.

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