LAS AVENTURAS DE GATO


Para empezar con un nuevo Mes Colombiano, lo haré con el análisis de una historieta representativa de la década de 1990 que, aunque dibujada y escrita por un argentino que residió en Colombia durante 21 años, supo mezclar la impronta del comic latinoamericano y franco-belga con la realidad que acechaba al país en ese entonces. Ese cómic no es otro que Las aventuras de Gato del argentino Daniel Rabanal.

Las aventuras de Gato apareció por primera vez el 9 de julio 1995 en el número 238 del suplemento dominical infantil Los Monos del periódico El Espectador. Al ser un formato semanal, presentaba una sola página y luego un Continuará al final de esta. A lo largo de los 3 años que estuvo publicándose tuvo cuatro sagas: El triángulo de La Candelaria, La isla del Griego, La hermandad del Agua Clara y El oro de la Santamaría. Terminó de publicarse en 1998, dos años antes del cierre de Los Monos, pero no sé si la tira concluyó como tal o fue cancelada. Tampoco sabía si cuando las sagas se terminaban se publicaban en recopilatorios, hasta que poco antes de montar la entrada vi en existencia en la página web de una editorial un viejo álbum que resume la primera saga, El triángulo de la Candelaria.

 
La primera aparición de Las aventuras de Gato en Los Monos (izq.) y el álbum recopilatorio de El triángulo de la Candelaria. Derechos reservados: El Espectador, Libros del Quirquincho y Daniel Rabanal.

El estilo narrativo de Las aventuras de Gato se asemeja al cómic europeo pues su estilo aventurero y la dinámica de los personajes se asemeja a los cómics franco-belgas (también conocidos como BD) como Las aventuras de Tintin y Las aventuras de Spirou y Fantasio, mientras que el sencillo y nada caricaturesco diseño de personajes recuerda al de Corto Maltés o los trabajos de Moebius (Jean Giroud). Eso se nota en el hecho de que en Rabanal usa el estilo línea clara, muy común en el cómic europeo, lo que permite perspectivas de alta calidad.

Derechos reservados: Daniel Rabanal.

En esta ocasión, al tratarse de un cómic primero hablaré de los personajes y luego sobre las sagas, porque estas son cuatro y no son tan largas como uno esperaría.

Gato es el protagonista. Es un joven universitario con grandes habilidades en decodificación, las cuales son útiles en la primera saga. No tiene ningún problema en viajar a cualquier parte de Colombia, ya sea tierra caliente o fría, para buscar a alguien que le ayude a resolver un misterio o como parte de una aventura. Es intrépido, pero a menudo debe valerse de su ingenio para derrotar a los villanos.

Gato, el protagonista. Derechos reservados: Daniel Rabanal.

Pareciera que no puede haber protagonista sin interés amoroso y ese es Alina. Terca hasta poner su vida en riesgo, no descansará hasta seguir a dónde quiera que esté Gato. Por supuesto, esta actitud la lleva a convertirse a menudo en una dama en apuros, pero no siempre es eso ya que de vez en cuando muestra ingenio a la hora de salir del peligro, algo que se afianzaría en la tercera saga.

Alina, su interés amoroso. Derechos reservados: Daniel Rabanal.

Livia es la tía de Alina y es uno de los pocos personajes recurrentes en el cómic. Tiene grandes habilidades psíquicas como el don de la premonición y la radiestesia, el cual serían útiles para hallar la ubicación de personajes tanto en El triángulo de La Candelaria como en La hermandad del Agua Clara.

La tía Livia. Derechos reservados: Daniel Rabanal.

El profesor Borenstein es un catedrático amigo de Gato con el que comparten conocimiento y le orienta hacia donde debe dirigir su investigación. Sí, es el personaje menos desarrollado.

Profesor Borenstein. Derechos reservados: Daniel Rabanal.

Siempre se dice que un héroe es tan bueno como su villano. Aunque los antagonistas de este cómic solo aparecen en una saga en la que son objeto, hay dos recurrentes: Miss Stone y Otomo, miembros de una organización dedicada al tráfico ilegal de oro y que desean saquear los tesoros que se esconden en el país. A menudo Gato y Alina deben encontrar la manera de evitar que roben el oro escondido y lograr su detención. El final de estos villanos no queda claro al final.

Miss Stone (izq.) y Otomo. Derechos reservados: Daniel Rabanal.

Las aventuras de Gato inician con El triángulo de La Candelaria. Allí Gato y Alina se dedican a analizar sistemas de codificación y decodificación, lo que los lleva a ser perseguidos por una organización criminal y en el caso de Alina a ser secuestrada. Pronto Gato y el profesor Borenstein decodifican el sistema y descubren que la organización quiere encontrar un tesoro que dejaron los jesuitas en el siglo XVII, por lo que deben detenerlos y encontrar a Alina.

La siguiente saga, La isla del Griego, trata un tema que sigue vigente: el tráfico de fauna exótica. En ella, Gato es invitado por un amigo biólogo, Kurt, que vive en el Amazonas desde hace dos años. Luego de algunos inconvenientes, Gato finalmente llega a Leticia, pero casi cae en una trampa. Al llegar de alguna manera a la guarida de Kurt, este le revela que se ha estado escondiendo para no ser asesinado por El Griego, un despiadado traficante de animales, y por eso le había enviado un mensaje para que no viajara a Leticia, pero el cual no llegó a tiempo antes del viaje de Gato. Entretanto, Alina ya ha leído el mensaje y viaja a Leticia tras el rastro de Gato. Allí, Gato, Alina y Kurt deciden buscar pruebas para detener al Griego.

La tercera saga, La hermandad del Agua Clara trata un tema que cada vez está cobrando más importancia: las organizaciones de alto control mental, también conocidas como sectas o cultos. Todo comienza con una avioneta que se estrella en el páramo de Chingaza, en la que iban a bordo un hombre y una mujer. Pronto nos enteramos de que la pareja son el profesor O’Liordan y su hija Dolores, que llegaban a Colombia en una misión de investigación sobre un culto internacional, ya que él es experto en cultos y milenarismo. Esto pone en alerta a Gato porque son amigos suyos y quiere saber en qué parte del páramo pueden estar, por lo que necesita ayuda de Livia. Sin embargo, Livia se está comportando de manera extraña últimamente, lo que genera sospechas en él, en Alina y en el profesor Borenstein. Cuando las autoridades detienen la búsqueda de los O’Liordan al considerar que no hay posibilidad de encontrarlos con vida, Gato y Alina deciden ir al páramo a buscarlos. Pronto se enteran de que un culto está detrás de la desaparición de los O’Liordan y que planean algo siniestro.

El oro de la Santamaría es la última aventura de nuestro protagonista. En ella, Gato debe ayudar a su amiga Andrea pues de su apartamento han robado una pieza arqueológica de gran valor, la cual había sido encontrada por su madre como parte de su trabajo arqueológico. Gato debe ayudar a encontrar la pieza y a que nadie más sepa del entierro, pues saben que terminaría en una fiebre de oro que destruiría la investigación de su madre. Pronto descubre que sus enemigos de la primera saga están de vuelta y quieren saquear la tumba arqueológica, por lo que deben detenerlos antes de que se corra la voz sobre el sitio. Entretanto, Alina ha recibido una oportunidad que no puede rechazar y que significaría el final de su noviazgo. Todo termina en un final inesperado, que entra en la categoría de «es un final y basta», algo que llegó en 1998.

Última viñeta. Derechos reservados: Daniel Rabanal.

Después de su finalización, el cómic rápidamente cayó en el olvido, pero en 2022 la alcaldía de Bogotá decidió reimprimir el cómic en forma de álbumes tanto en forma impresa como en digital. Si no pueden hacerse con la edición impresa, puede descargar la edición digital desde la página de Colecciones Digitales de la Biblioteca Digital de Bogotá. Aquí les dejo el enlace: https://coleccionesdigitales.biblored.gov.co/collections/show/32

En general, la historia tiene un buen concepto. La idea de tener a alguien resolviendo misterios y teniendo aventuras siempre es bienvenida. Además, el hecho de que Rabanal quisiera apelar a una audiencia de más edad de la que leían Los Monos en ese entonces fue una idea acertada. Al llegar a un público adolescente que no era el habitual de dicho suplemento, logró que en Las aventuras de Gato se tratasen temas como la guaquería, el tráfico animal y los cultos para que los preadolescentes y los adolescentes comprendieran lo peligroso que estos pueden llegar a ser. Además, la belleza de los escenarios es impresionante para la época a mostrar tanto detalle y que ya no se volvería a ver en ninguna historieta en el país.

Sin embargo, esto no quiere que el cómic no tenga problemas. La personalidad de Gato que describí fue algo a lo que tuve que concluir luego de leer las cuatro sagas pues él no tiene una personalidad tan definida ni llamativa para ser un protagonista, incluso menos que protagonistas del cómic europeo como Tintin o Spirou. El infodump, es decir, el dar una gran cantidad de información de manera precipitada, es un problema en Las aventuras de Gato, pero en la tercera saga este es usado a la enésima potencia cuando hablan sobre el milenarismo y sobre el jefe del culto. Puede que para el milenarismo se necesite un poco de infodump porque no es un dogma con el que mucha gente esté familiarizada, pero también siento que unas imágenes sobre esa explicación o que los muestren investigando sobre el milenarismo en lugar de mostrar al profesor Borenstein hablando de él me parecen un poco más apropiadas. Además, me parece que las historias se resolvían demasiado pronto cuando en realidad pudieron haber tenido un poco más de tiempo y, por ende, más desarrollo, algo que sin duda faltó en Las aventuras de Gato. ¿Lo recomiendo? Como ejemplo de comic de estilo europeo, no, ya que hay títulos mejores. Sin embargo, es un cómic que yo recomendaría para aquellos que empiezan a iniciar en el cómic de estilo europeo.

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