EN LA COLONIA PENITENCIARIA
El
cuento de esta semana, En la colonia penitenciaria, fue escrito por Franz Kafka
y publicado durante su vida, en 1919, cinco antes de su fallecimiento, algo
significativo puesto que gran parte de la obra de Kafka se ha publicado después
de su muerte.
En
el cuento hay muy pocos personajes, siendo los más destacables un explorador
extranjero y francófono, un oficial amante de la crueldad y un condenado. El
explorador había acudido a una aislada colonia penitenciaria, diseñada por un
comandante tan brillante e inteligente como cruel y sádico, pero que en el
momento había fallecido y había sido reemplazado por otro hombre mucho menos brutal
e incluso compasivo. Este último quería que el explorador comprobara un objeto
que más tarde les revelaré.
Pronto
el explorador descubrió que el actual comandante no había logrado implantar
ninguna reforma en la colonia porque no encontró nada que debiera enmendarse,
ya que su predecesor había dejado todo perfecto y el oficial dejado a cargo no
le permitía hacer nada. El explorador había llegado por órdenes del comandante
actual pero el oficial a cargo quería que presenciara la que el oficial
consideraba la obra maestra del comandante: una máquina de torturas que después
de seis horas causa la muerte al usuario.
El
oficial, partidario de la crueldad de su anterior superior, quería que el
explorador comprobara lo que realizaba la máquina y por qué debía permanecer en
la colonia en lugar de ser desmantelada y abandonada como el actual comandante
deseaba. Para ello, el oficial decide usar a un condenado del que no se sabe su
delito, su juicio y ni siquiera su condena. Ni él mismo la conocía. ¿No les
suena similar a El proceso? Sea como fuere, el oficial empieza a usar la
máquina contra el condenado con la ayuda de un soldado joven e inexperto, ya
que anteriormente quienes la usaban eran el propio comandante y el oficial.
El
oficial poco a poco va explicando el mecanismo de la máquina y sobre los
partidarios ocultos del comandante al explorador que cada vez siente más
repulsión conforme el oficial sigue hablando sobre el funcionamiento de la
máquina; al mismo tiempo la máquina sufre avería tras avería al punto de quedar
totalmente estropeada y deja al condenado aterrado, vomitado y levemente
herido, pero vivo en lugar de matarlo lentamente. El explorador se muestra
asqueado por todo lo que ha visto y a pesar de ser forastero, siente que es su
deber cumplir con su misión y contarle todo al comandante. El oficial intenta
disuadirlo, pero falla, así que toma una decisión inesperada: quitarse la vida
con la propia máquina de torturas, no sin antes decirle que visite la tumba del
comandante.
El
explorador ya tiene pensado irse de la colonia lo más pronto posible pero antes
de irse el soldado y el condenado lo llevan a visitar la tumba del comandante y
queda consternado por el epitafio, dándose cuenta que el oficial tenía razón
con respecto a los partidarios del comandante, pero el soldado y el condenado
se ríen de él. Aterrado por lo que ha presenciado y por las reacciones de ambos
hombres, el explorador al final se embarca solo y evita que el soldado y el
condenado se vayan con él.
Ahora
voy a analizar a cada uno de los personajes.
El
explorador, personaje principal, es un extranjero, probablemente francés o
belga dado que es francófono y es descrito como tal por el oficial como alguien
con un punto de vista europeo sobre el trato carcelario, es un hombre designado
por el actual comandante de la colonia penitenciaria para que verifique una
máquina de tortura hecha para matar de seis a doce horas. Como el explorador no
conoce el lugar, no sabe que decir al respecto más de lo que le dijo el comandante,
pero a medida que observa el funcionamiento de la máquina, queda tan asombrado
y asqueado por ello que quiere avisar al comandante pero después de ir a la
tumba del comandante anterior, se arrepiente.
El
oficial, que para mí es el deuteragonista de la historia, es un partidario de
las ideas del comandante anterior, haciéndonos ver que es un hombre que apoya
la tortura y la crueldad en la cárcel. Este hombre trata de justificar sus
opiniones y su deseo de mantener la máquina como sea posible al explorador,
aunque eso vaya en contra de los pensamientos del actual comandante, un hombre
preocupado por los derechos humanos, y por ende, por el trato de los presos. El
oficial insiste en que, aparte de él, hay muchos partidarios del comandante
fallecido pero que él es el único declarado puesto que los otros tienen temor
de mostrar su afinidad con esos conceptos. La terrible decisión que tomó el
oficial y el consejo que le dio al explorador de visitar la tumba del
comandante fue para mostrarle que la colonia seguiría siendo tan brutal e
inhumana como siempre.
El
soldado y el condenado, que no hablan mucho en el cuento, representan lo que
dijo el oficial: partidarios ocultos del comandante fallecido, creador de todo
lo que rige aquella colonia. Ambos hombres desean abandonar la isla, pero a
ambos se les niega la posibilidad. Esto demuestra que aunque se quiera cambiar,
nunca podrás abandonar tus costumbres si no demuestra voluntad y verdadera
entrega en ello. Probablemente esto fue lo que vio el explorador y por eso les
negó la entrada al barco que se lo llevó a él.
Para
mí, el explorador huyó para no tener nada que ver con ese espantoso lugar
porque quería mantenerse al margen como siempre intentó a lo largo del cuento.
Sin embargo, quiso echarse para atrás cuando vio todo lo que hacía la máquina,
pero luego al darse cuenta de que las cosas en la colonia jamás cambiaría,
prefiere escapar para que la colonia no lo corrompa y no entrometerse nunca
más.
Uno
de los temas más significativos de este cuento es la lucha por darle a los
presidiarios un trato digno o negarles sus derechos de seres humanos. Al
oficial le atrae mucho lo segundo pero su comandante actual quiere cambiar las
cosas ya que es una persona más humanitaria, aun cuando esto choca con la
rancia y conservadora doctrina no sólo del oficial sino también del resto de
los habitantes del penal, que desean que todo siga igual. Por esto llega el
explorador, que finalmente huye despavorido porque lamentablemente se da cuenta que
el sistema será siempre igual.
Honestamente,
y al igual que la mayoría de las historias de Kafka, este es uno de los cuentos
más difíciles de leer para mí, al punto que lo acabé detestando como me pasó
cuando leí por primera vez La mortaja. Sin embargo, mi persistencia no me
permitió darme por vencida y seguí leyendo este cuento hasta que finalmente lo
comprendí. Como la mayoría de los cuentos de Kafka, este también acaba de
manera inesperada, pero de alguna forma el final de En la colonia penitenciaria
es un cuento que para mí me marcó para siempre, mostrándonos que podemos
escoger tratar a las personas con igualdad y mantener nuestros pensamientos sin
desviarnos nunca de ellos.
porque consideras que es un cuento y no una novela
ResponderEliminarA mí me costó mucho diferenciarlo si era novela corta o cuento porque aunque aparece como novela corta en español, en inglés se dice que es un cuento. Diría por su longitud y por su estructura es un cuento, aunque supongo que muchos literatos más estudiados tampoco tienen muy claro si es una novela corta o un cuento. Saludos.
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