EL PUNTO DE VISTA PATERNO EN EL CUENTO DEL ERUDITO
Advertencia: este análisis tiene destripes del cuento. Si aun no lo
han leído, lo hacen bajo su propio riesgo.
Para empezar con el Mes del Padre, lo hago en la ciudad de Nápoles,
en Italia, pero ubicada en la Edad Media, tal como un hombre se lo oyó contar a
Francesco Petrarca y así quedó compilado en Los cuentos de Canterbury como El
cuento del erudito.
A diferencia de El cuento del molinero, que
analicé hace dos años y medio, El cuento del erudito carece de humor y, de
hecho, es una historia dramática y llena de giros inesperados. Sin embargo, por
ser el Mes del Padre, me centraré en el protagonista, el marqués Walter y en el
padre de la esposa de Walter, cuyo nombre nunca aparece en el cuento.
El marqués Walter es un hombre muy querido por sus súbditos, a los
cuales les preocupa que no haya contraído matrimonio aún. Para tranquilizarlos,
Walter se casa con una joven llamada Griselda, la cual no es nada bien vista
por su baja extracción social y a pesar de las reservas del padre de ella, que
no le gustaba la idea de que su hija se casara con un hombre de posición social
elevada como Walter.
Al poco tiempo de matrimonio, Griselda queda embarazada y da a luz
a una niña. A pesar de haber demostrado su fertilidad, los súbditos de Walter
siguen sin respetarla, así que él se ve en la obligación de tomar la dolorosa
decisión de matar a su propia hija para contentar a su pueblo, la cual se la
anuncia a su esposa. Ella lo acepta sin reparo.
Años después, Griselda vuelve a quedar embarazada. Esta vez, da a
luz a un varón. A pesar de esto, el pueblo sigue considerándola indigna de ser
su esposa; así que Walter otra vez se ve en la obligación de matar a su hijo
para evitar los rumores de sus súbditos. Griselda acepta también esta decisión
de su esposo.
Walter y Griselda permanecen casados varios años, pero no conciben
más hijos. Después de un tiempo, Walter decide que sería mejor repudiar a
Griselda y casarse con una joven de buena familia y así se lo manifiesta a
ella. Griselda lo acepta y regresa a la casa de su padre.
Tiempo después, Walter manda a llamar a Griselda para que reciba a
la futura nueva esposa de él y le enseñe su castillo. A pesar de lo viejos y
desgastados que están sus vestidos, Griselda accede y le muestra el castillo a
la joven. Los presentes ven la dignidad ante la adversidad de Griselda y al
mismo tiempo admiran la belleza de la joven.
Pero aquí vemos la sorpresa ante todos cuando Walter revela la
identidad de su supuesta nueva esposa: se trata de su hija mayor, a la que en
vez de matar la llevó a Roma a vivir con una tía. Lo mismo pasó con su hijo.
Ante tal revelación, Griselda le da gracias a Walter por tener mejor corazón
del que esperaba. Por fin siente que pueden ser una familia ideal. El cuento
termina con el típico final de que vivieron en paz durante el resto de sus
días, incluso el padre de Griselda.
Ahora voy a analizar a los dos personajes masculinos que son
padres: Walter y el padre de Griselda.
Si uno leyera a simple vista El cuento del erudito, uno pensaría
que Walter es un hombre terrible por decir que matará a sus hijos, los oculta y
luego dice que repudiará a su esposa Griselda por una mujer más joven.
En realidad, Walter sólo hace esas cosas para probar a sus súbditos
y mostrar lo volubles que se muestran ante los hechos. De hecho, aunque no es
un padre presente en la vida de sus dos hijos toma una gran decisión en
criarlos fuera de Nápoles para ellos no se vieran involucrados en los chismes
de los súbditos de su padre, así como en su poca aceptación de ellos por el
origen social de su madre. Eso lo convierte en un buen padre para ambos al
permitirles vivir felizmente lejos de todos los problemas de su corte.
Ahora hablaré del padre de Griselda. Cuando se lee el cuento, es
fácil resaltar el punto de vista de este. No estaba de acuerdo con que su hija
se casara con Walter, pero no le impidió hacerlo. Se podría argumentar que pudo
haberlo aceptado por temor a represalias; sin embargo, puede que también
valorara por encima de todo la decisión de Griselda, puesto que ella se casó
con Walter por su propia voluntad. No hay duda de que es un hombre que ama a su
hija por encima de todo ya que cuando Griselda es “repudiada” por Walter, él la
recibe como si nada.
Esta fue una lectura difícil para mí a pesar de su corta duración,
porque tuve que hacer un análisis que no está centrado en la historia en sí,
sino en dos personajes. Ambos tienen un sentido de la paternidad diferente y
eso se demuestra en sus acciones para con su prole; sin embargo, en cierta
forma, sus decisiones son acertadas. Al final, ambos dan sorpresas con sus
familias.
En general, este cuento fue un poco difícil para mí, aunque eso
puede deberse al estilo que tenía el cuento de Canterbury que leí antes, el
cual tenía un tono jocoso. Es bastante simple, aunque tiene ese giro inesperado
que le quita un poco su tono soso. No está mal, pero esperaba que fuera mejor.
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