EL CUENTO DEL MOLINERO
El cuento del molinero del escritor Geoffrey Chaucer, autor que ya
mencioné en Troilo y Crésida, es una
de las cosas que más me han causado hilaridad. No es que particularmente me
haya hecho reír, pero es un cuento en el que se puede ver mucha astucia por
parte de los personajes. Infidelidades y muchos trucos para engañar y
hacer toda clase de cosas cuestionables y deshonestas.
Es un cuento de estructura simple, pues sólo hay cuatro personajes:
Juan el carpintero, su esposa Alison (o Alisoun en la versión original),
Nicolás el estudiante de Oxford y Absalón el sacristán y estos sólo interactúan
entre ellos. Pero a pesar de esto y de su antigüedad, ya que este cuento fue
escrito hace más de 600 años, tiene temas que aún se ven en la actualidad. Uno
de esos es la infidelidad.
En El cuento del molinero Nicolás, cuyo apodo era el Espabilado, se
había apasionado por Alison, la joven esposa de Juan el viejo carpintero, desde
que se había ido a vivir con ellos puesto que él era demasiado pobre como para vivir en un lugar más cercano a la universidad. Lo que más deseaba era tener una
relación íntima con ella a escondidas de su celoso esposo. A pesar de sus
iniciales reticencias, Alison acaba correspondiéndole y cada vez que su marido
salía de viaje a Oseney, aprovechaban esto para tener sexo.
Pero si por algo me ha impactado este cuento es porque cumple con
la filosofía que todos conocemos como “el vivo y el bobo”. Nicolás el
Espabilado aprovecha sus conocimientos de astrología y de religión para hacerle
creer al iletrado carpintero Juan que un diluvio ocurrirá el lunes y que debe
conseguir tres tinajas en el techo para ambos y para Alison en las cuales
supuestamente se iban a meter para evitar ahogarse con el agua. Cuando Nicolás
le avisara que había agua, tenían que meterse en las tinajas. Obviamente todos
sabemos que eso no es más que una excusa para tener sexo con Alison.
Otra forma en la que veríamos como se aplica la teoría del vivo y
el bobo es cuando Absalón el sacristán intenta enamorar a Alison mediante el
canto, con el consiguiente rechazo de ella. Absalón insiste en darle un beso, a
lo que ella acepta, pero realmente lo que hace ella es poner su trasero en la
ventana para que Absalón lo bese. Absalón, sintiéndose burlado y enojado,
decide vengarse pidiendo prestado un hierro caliente a un amigo herrero. De
nuevo va a casa del carpintero para llamar a Alison, aunque esta vez es Nicolás
quien se saca su trasero, al cual Absalón le pone el hierro caliente.
Aquí vemos como todo termina siendo un gran enredo, pues cuando
Nicolás grita pidiendo agua para calmar el dolor, el carpintero cree que el
diluvio ha empezado y fue a buscar las tinajas, pero todo lo que estaba encima
del techo le cae y queda desmayado. Cuando Juan da su explicación a los vecinos
sobre lo que ocurrió, Nicolás y Alison le hacen creer a los demás que él está
loco, de esta manera acaba siendo el bobo y convirtiéndose en la burla del
pueblo.
De igual manera, se puede decir que al final Alison acabó siendo la
más viva de los cuatro, pues burló a los tres hombres, que fueron los bobos.
Absalón besó su trasero, Nicolás, que también quería burlarse, acabó el suyo
quemado y ella le fue infiel a su marido y de paso, que nadie lo sospechara.
Para todos nosotros, Alison se salió con la suya.
Jejeje, si es chistoso.
ResponderEliminarA mí también me hizo reír la primera vez que lo leí. Saludos.
EliminarOooo, se oye interesante y gracioso JAJAJA
ResponderEliminarLa primera vez que lo leí, me causó bastante gracia. Y sí, es gracioso si a uno le gusta ese tipo de humor, siempre que se use de forma inteligente, como Chaucer lo hizo. Saludos.
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