LA CÁRCEL
El siguiente libro del Mes Colombiano es La cárcel del escritor y
político santandereano Jesús Zárate. Este libro es conocido por ser el ganador
del Premio Planeta del año 1972, tras ser enviado por los hijos de Zárate. En
su tiempo la elección del libro causó controversia pues Zárate llevaba muerto
cinco años y a raíz de eso, la editorial Planeta tuvo que cambiar sus normas
para que ningún otro libro póstumo fuera permitido en el concurso.
Este libro trata, como su nombre lo indica, de una cárcel. Muestra cómo
viven en la cárcel cuatro hombres: Antón Castán, Mister Alba, Braulio Coral y
David Fresno, y cómo hacen tertulias para pasar el tiempo. Uno de ellos, Antón
Castán, que también es el narrador, escribe un diario sobre la vida en la
cárcel, que con el tiempo descubrimos que se trata del mismo libro y es el
único que está preso por un crimen que no cometió. La cárcel también muestra un
poco como era la situación en la que se vivía en la década de 1960 en Colombia
y en el mundo, como la Guerra de Vietnam, la aparición de las guerrillas y la
segunda ola del feminismo.
La cárcel está escrita en forma de diario personal, es decir, en
vez de capítulos tiene fechas donde relata lo que hicieron durante treinta y
nueve días anotados, entre el 14 de octubre y el 26 de noviembre, cuando el
libro concluye. Cada fecha empieza con un refrán o una frase de algún escritor
y/o filósofo. Los treinta y nueve días se dividen en tres partes: La rata, El
garrote y El proceso.
La rata es la sección que más fechas tiene pero no es la más larga.
Con veintiuna fechas, entre el 14 de octubre y el 3 de noviembre, los cuatro
ocupantes de la celda charlan y dan sus puntos de vista y opiniones sobre los
diferentes escritores y filósofos que han leído. Sin embargo, también notan
como la cárcel, que para ellos, es un lugar de libertad a diferencia del cruel
y esclavo mundo exterior, comienza a convertirse en una cárcel de verdad cuando
llega el nuevo director de la prisión, Leloya, un ex militar cruel y sádico,
cuya relevancia se dará a conocer más adelante en el libro. Además, Braulio es
liberado y su lugar es ocupado por un ex detective, Antonio “El Honorable
Gordo” Tudela, condenado por homicidio accidental.
La segunda parte, El garrote, es la que menos fechas tiene y por lo
tanto la más corta. Con tan sólo cinco fechas, del 6 al 10 de noviembre,
simplemente trata de un motín dentro de la cárcel a causa de las políticas
dictatoriales de Leloya, a la par que es yuxtapuesta con una rebelión
campesina. En medio de toda la confusión, los cuatro compañeros de celda junto
con dos de los líderes del motín, se apoderan del despacho de Leloya y Antón le mata con la pierna de madera de uno de los líderes
del motín sin que ninguno lo sepa pues antes de que eso ocurriera, lo hace salir
a todos.
La tercera y última parte, El proceso, también es larga. Aunque
tiene menos fechas, yendo del 14 al 26 de noviembre, es la más larga pues las
actividades realizadas en esos días fueron muchas. Tras el homicidio de Leloya,
la vida en la cárcel mejora cuando aparece un nuevo director, de ideas más
humanitarias que su predecesor. Incentiva los baños colectivos, permite el uso
de ropa propia en lugar de un uniforme y la entrada de grupos que faciliten
actividades constructivas para los presos. Pero también ocurre que Mister Alba,
David Fresno y el Gordo Tudela le realizan un juicio a Antón Castán por la
muerte de Leloya, pues están seguros de que fue él quien lo asesinó pero no
tienen idea de por qué; aun así cuidan que nadie fuera de la celda se entere.
Pronto sabemos cuál era la relación entre Antón y Leloya, y por qué lo asesinó.
Lo condenan a permanecer en la celda. Sin embargo, esto no se cumple pues
finalmente se prueba la inocencia de Antón del crimen que no había cometido y
es liberado el 26 de noviembre. Les promete a sus ya ex compañeros de celda que
le entregará el manuscrito a un tal Pablo Lepanto. No obstante, a pesar de ser
un hombre relativamente libre, Antón siente que dejó su libertad en la cárcel y
que es el mundo exterior el que es una cárcel.
Los personajes de la celda son los personajes más ingeniosos y
cultos sobre los que he leído y hay que darle la oportunidad a cada uno.
Antes, debo aclarar que en esta novela hay tres Antonios y que voy a aclarar
cuál es cual para que no los confundan.
Antón Castán, cuyo nombre verdadero es Antonio, es el narrador y el
diarista de la historia. Prefiere ser llamado Antón y no Antonio porque no se
siente latino sino “latinizado”. Las cárceles no le son ajenas pues se crió
entre ellas, teniendo un padre que pertenecía al sector público; por lo tanto,
considera que la cárcel es más segura y tranquila que el mundo exterior.
Al ser el único de los ocupantes de la celda que está encerrado por
un delito que no cometió y no haber tenido aún relaciones con mujeres (lo cual
es irónico pues la persona asesinada fue una mujer), Antón tiene una
perspectiva diferente de la del resto de sus compañeros, siendo a él al que se
le ocurre la idea de plasmar las tertulias de él y de sus acompañantes, en las
que expresan sus pensamientos y sus críticas sobre los distintos escritores y
filósofos que han leído. Su escritor preferido es Fiodor Dostoievski, por su
descripción sobre los presos en sus novelas. Su caso anima a un abogado, el
señor Antonio Ramírez, que hará todo lo posible para probar su inocencia y
sacarlo de la cárcel.
Uno de sus compañeros es Mister Alba, quizá el personaje más
ingenioso y brillante del libro. Como Antón, tampoco se considera latino y en
cambio se hace llamar un gentleman.
Fue empresario y trabajó para el gobierno tanto en el país como en el exterior,
siendo encarcelado por hacer y entregar pasaportes falsos. Como gentleman, puede vivir sin pantalones
pero no sin saco, corbata ni sombrero; por eso no es de extrañar que sea el
primero en protestar por el uniforme de prisión implantado por Leloya.
Mister Alba es el que dirige las tertulias literarias y filosóficas
dentro de la celda, junto con Antón. Sus escritores favoritos son Sinclair
Lewis, por ser el verdadero escritor estadounidense, y José María Vargas Vila
por su genialidad en crítica literaria y porque lo considera el escritor ideal
para los presos.
David Fresno es, junto con Antón Castán, los más jóvenes del grupo.
Este ex estudiante universitario fue encarcelado por falsificación de cheques,
delito del cual se encuentra orgulloso. Ser delincuente es parte de su familia,
pues tuvo un tío que también era falsificador y que le dejó una cuantiosa
fortuna, la cual sus hijos legítimos quieren impugnar. Sus pensamientos tienden
a ser más filosóficos y políticos que los que tienen los demás y a diferencia
de ellos, tiene alguien afuera en quien pensar: una joven llamada Nancy, la
cual es su objeto de deseo.
Braulio Coral es un hombre de edad madura, encarcelado por bigamia,
algo que Mister Alba duda, pues piensa que un hombre de su edad no podría ser
bígamo. Siempre mantiene limpios unos zapatos que espera usar cuando sea
liberado de prisión mientras mantiene una apariencia desaliñada, similar a la
de un vagabundo. Irónicamente, en el momento de su liberación olvida los
zapatos y se queda con sus viejas alpargatas. El resto de los habitantes de la
celda deciden que ninguno los usará y que quedarán allí como recuerdo.
Braulio es un punto de contraste con Mister Alba. Mientras Mister
Alba trata en lo posible de mantenerse pulcro y admira escritores que trataban
la naturaleza del ser humano y el deseo de superación como Lewis y Vargas Vila,
Braulio mantiene un aspecto desaseado y prefiere la obra de Azorín, que para
Antón es la literatura de la resignación y la miseria. También como contraste,
Braulio es el único de los ocupantes de la celda que cree en Dios, pues el
resto o no son religiosos porque no comprenden las creencias (Antón) o
simplemente no creen en Dios (Mister Alba, David).
Antonio “el Honorable Gordo” Tudela es el último ocupante de la
celda y aparece en medio de la historia, pues él llega a la cárcel el 3 de
noviembre para suplir a Braulio, que es liberado tres días después. Antes de
terminar en la cárcel, pertenecía al cuerpo de detectives. Es el más torpe de
los ocupantes de la celda pues le disparó a un hombre por accidente, haciendo
de esto un homicidio accidental. Apenas habla en el libro.
Leloya es un ex militar que según Mister Alba es “uno de esos
hombres que están predestinados para ser carceleros”. Es despiadado, sádico y
corrupto, pues fue el culpable del encarcelamiento injusto de Antón. Por eso,
cuando se encuentran por primera vez, este desea cobrarle lo que le hizo pasar,
matándolo a garrotazos con una pierna de madera.
Me parece que Antón toma la drástica decisión de matar a Leloya
porque sabe que si desperdicia esa oportunidad jamás logrará que se pruebe su
inocencia, pero irónicamente la sacrifica para recuperar la libertad que Leloya
le quitó.
Se puede decir que hay un contraste entre los tres Antonios:
Antonio “Antón” Castán, el abogado Antonio Ramírez y Antonio “el Honorable
Gordo” Tudela. Uno está libre y los otros dos, condenados. Los dos condenados,
Antón y el Gordo Tudela están en la cárcel por homicidio pero mientras Antón ni
siquiera cometió el crimen del que se le acusó, el Gordo Tudela sí, aun cuando
fue accidental. El Antonio libre se preocupa por el Antón injustamente
encarcelado y buscar por todos los medios liberarlo, sin darse cuenta del rol
que tuvo Leloya en él. Ya sin la influencia de Leloya, al final logran su
objetivo.
La cárcel en realidad es una descripción de la libertad y del
anhelo que este sentimiento logra en las personas que la han “perdido”. Para
ellos, el mundo de afuera es mucho más maligno que el mundo del prisionero y
sienten que gozan de más libertad de pensamiento y libertad de expresión. Están
encerrados, pero son más libres que los supuestos libres, que no pueden opinar,
expresar o realizar actos que pueden causarles molestias.
No sé si a todas las personas les vaya a gustar La cárcel. A mí me
gustó, pero considerando las tertulias que aparecen, es difícil que una persona
con conocimientos básicos de literatura la disfrute de manera plena. Incluso
algunos podrían hasta encontrarla pretenciosa. Sin embargo, para los que
disfrutan la literatura y las historias sobre prisiones, este libro es ideal.
Me parece interesante la descripción que haces, nunca he leído libros sobre las cárceles, pero este en particular me llama la atención por su tinte dramático y que se concibe como una historia verdadera.
ResponderEliminarDebo admitir que cuando lo leí por primera vez no me gustó, pero cuando lo volví a leer me hice una idea diferente y encontré no sólo una historia, sino varias historias unidas en tertulias. Saludos.
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