EN LA DIESTRA DE DIOS PADRE
El protagonista del cuento es Peralta (su nombre de pila nunca es
mencionado), un campesino que practicaba literalmente el ayudar a su prójimo, a
pesar de las objeciones de su solterona hermana. A pesar de que Peralta era tan
pobre como las personas a las cuales ayudaba, no le importaba en absoluto los
insultos de su familia y de sus vecinos, porque sabía que hacia lo correcto.
Un día Peralta se encuentra con un par de peregrinos que le piden
posada en su casa y él acepta. A la mañana siguiente Peralta encuentra que los
dos hombres no aparecen y que dejaron unas monedas. Peralta sale de su casa
para intentar encontrar a los peregrinos y devolverles las monedas. Finalmente
los encuentra y se las regresa. Entonces los dos peregrinos se revelan ante él
como Jesús de Nazaret y Pedro, uno de sus discípulos y apóstoles más cercanos.
Ambos se muestran satisfechos porque Peralta pasó la prueba sin ningún
problema, viendo lo desprendido que en realidad es. Con ello en mente, le
ofrecen concederle cinco deseos, pero desean que piense muy bien en ellos.
Peralta no se demora mucho y, a pesar de las protestas de Pedro, pide sus cinco
deseos:
·
Ganar en el juego siempre que
quiera.
·
Que al morir, la Muerte se le
aparezca de frente y no detrás.
·
Detener a cualquiera en el
lugar que señale y que permanezca por el tiempo que él desee.
·
Disminuir su tamaño a
voluntad hasta tener el de una hormiga.
·
Que el Diablo no le haga
trampa en el juego.
Se puede decir que Peralta empleó muy bien su primer deseo. Nadie
le ganaba en los juegos de azar, y aunque ganaba mucho dinero seguía
repartiéndolo entre los pobres. Esto dice mucho de él, ya que su habilidad no
lo volvió arrogante y por el contrario, siguió teniendo su carácter humilde y caritativo
de siempre, pero a la vez se ganó el temor de los habitantes del pueblo, que
creían que había hecho un pacto con el diablo.
Con respecto al segundo y tercer deseo, Peralta los emplea cuando
se le aparece la Muerte, puesto que no tenía deseos de morir en ese momento. Después
de un tiempo de pestes y enfermedades de las que nadie moría, todos incluidos
Jesús y Pedro notaron la extrañeza, así que Pedro decide bajar al pueblo de
Peralta y descubre que la Muerte está detenida en un árbol. Peralta y Pedro la
bajan y ella vuelve a hacer su deber. Un día en que Peralta se enferma, la
Muerte llega dispuesta a llevárselo, a lo que acepta.
En cuanto al último deseo, Peralta lo usa cuando accidentalmente
llega al Infierno creyendo que va al Paraíso y se topa con el Diablo. El Diablo
decide jugar al tute apostando las almas del Infierno y Peralta la suya. El
Diablo piensa que tiene todo arreglado y que obtendrá el alma de Peralta, pero aquí
el primer y el último deseo de Peralta actúan a su favor y le gana dieciséis
partidas al Diablo al punto que este se pone a llorar y ya no quiere seguir
jugando porque no quiere perder las almas de los envidiosos, que considera
iguales a él. Peralta se va al paraíso con las tres mil millones de almas que
ganó.
Sé que se preguntarán: ¿qué pasó con el cuarto deseo? Pues bien,
Peralta lo usa cuando llega al Paraíso y se encuentra con Dios, que lo elogia
por su humildad y su caridad al arriesgar su alma para salvar tres mil millones
de almas que pertenecían al Infierno y estas tuviesen una oportunidad. Cuando
Dios le pregunta donde quiere estar, Peralta responde que en su diestra, así
que finalmente emplea el cuarto deseo achicándose hasta el tamaño de una
hormiga y así estar en la palma derecha de Dios, en la diestra de Dios.
Para mí, Peralta pareciera un personaje débil y poco inteligente,
pero en realidad detrás de su humildad y su benevolencia, se esconde alguien
astuto que emplea sus deseos para seguir ayudando a su prójimo y asegurar su
ida al Cielo, así los demás no estén de acuerdo. Para los que lo rodean,
Peralta es un hombre extraño. Para Dios, Jesús y Pedro, es un alma bondadosa
detrás de su excentricidad. En mi opinión, es un hombre que sigue las normas
pero al mismo tiempo está al margen de ellas.
Este cuento tiene de todo: humor, pacto con Dios, lucha con el
Diablo y todos los tintes costumbristas de las clásicas historias colombianas.
Aunque al principio me sentí confundida por el lenguaje del cuento, el cual está
llenos de contracciones y arcaísmos propios del dialecto antioqueño del siglo
XIX, pude disfrutar del cuento por sus ocurrencias. Puedo decir que este uno de
los mejores cuentos de nuestra literatura. En el futuro espero buscar más obras
de Carrasquilla.
Comentarios
Publicar un comentario