EL DRAGÓN DE HIELO


Este año decidí hacer el reto Pictoline de lectura, por lo que voy a analizar la lectura de este mes que corresponde a un libro de fantasía. En este caso, el elegido fue El dragón de hielo del escritor estadounidense George R. R. Martin, que fue publicado en 1980, mucho antes de que pensara siquiera en escribir la saga de Canción de hielo y fuego, aunque su temática recuerda bastante a ella.

Al ser una novela corta, consta de únicamente 8 capítulos, por lo que es una lectura breve y adecuada para un público infantil. Sin embargo y como siempre enfatizo, un padre o una madre siempre debe leer primero el material y luego considerar si su criatura está preparada para dicho libro. Con respecto a ello, el único pasaje fuerte que tiene la novela es el penúltimo capítulo, el cual considero que es una analogía a la guerra. La historia transcurre a lo largo de seis años.

El dragón de hielo trata sobre una niña llamada Adara que tiene una relación muy cercana con un dragón de hielo al que todos temen pero que ella considera un amigo, pues los dos se identifican bastante al ser misteriosos y tener un gran amor por el invierno. Mientras su vínculo se afianza, una feroz guerra que involucra dragones se avecina y esto pone a prueba la tranquilidad de Adara y su amado dragón de hielo, que tendrá que luchar en dicho conflicto.

Adara (belleza en griego y nobleza en hebreo) es una niña muy particular para la gente de la aldea en la que vive. Siendo la menor de tres hermanos y huérfana de madre en el momento de su nacimiento, Adara es considerada «una niña de invierno», no solo porque nació durante una fuerte nevada sino porque su cuerpo se siente frío al contacto y también se alegra mucho cuando se acerca y llega el invierno. No llora ni siquiera cuando se lastima y no suele hacer berrinches como otros niños, con los cuales tampoco juega, porque ellos y muchos adultos le temen al creer que el invierno se quedó atrapado dentro de ella desde que nació. Su padre y sus hermanos suelen estar tan ocupados durante el año que no suelen tener tiempo para Adara, más que en ciertas ocasiones, por lo que ella prefiere jugar sola en los bosques.

Un día de invierno, Adara conoce a un dragón de aspecto majestuoso que escupe hielo en lugar de fuego. Con cada invierno en que ambos se encuentran, los dos desarrollan una relación bastante cercana y de hecho Adara finalmente logra domarlo y convertirse en su jinete, algo sin precedentes en la cultura de su aldea de las tierras del norte, cuyos habitantes creen que los dragones de hielo no se pueden ver en verano y son indomables.

Al igual que millones de niños a lo largo de la historia, Adara finalmente tiene que ver como la guerra llega hasta su aldea y causa estragos. Aunque en un principio huye para evitar irse a las tierras del sur y no perder el contacto con su amado dragón de hielo, el reencontrarse con él significa muchas cosas para ella. Primero se le ocurre huir de su aldea para evitar la guerra, pero al ver a su familia en peligro decide que es mejor quedarse para salvarla junto con el dragón de hielo. La pelea entre el dragón de hielo y los otros dragones así como su resultado final lleva a que Adara finalmente pueda expresar sus emociones como cualquier otro niño al llorar por primera vez en su vida. Para su familia, se puede decir que el invierno que estaba dentro de Adara se fue para siempre.

John es su padre. Es un hombre dedicado a su labor como granjero. Aunque ama a su hija, le es difícil darle contacto físico tanto porque se parece a su difunta esposa como por el frío del cuerpo de Adara. No es que no le importe su hija menor, es la dificultad para él de acercarse y establecer un vínculo lo que hace que su relación sea algo compleja. De hecho, John describe a Adara como una niña fría.

Eso último se demuestra cuando Hal le pide a John que entregue a uno de sus hijos para llevarlo a las tierras del sur. Como el dragón de Hal estaba herido, John decide que sea Adara la que vaya con el dragón por la ser la más joven y pequeña de sus tres hijos. Pero Adara se niega y huye al bosque para evitar irse al sur.

Los hermanos de Adara, Teri y Geoff, no tienen tanta relevancia como su padre o su tío. Lo que se sabe de Teri es que asumió las labores del hogar luego de la muerte de su madre y es una joven sociable. Por su parte, Geoff es dos años mayor que Adara y, al igual que Teri, tiene una relación con los otros niños. Al crecer un poco, empieza a ayudar a su padre y es el único que da por sentado los encuentros de Adara con el dragón de hielo.

Hal es el hermano menor de John. Hace parte del ejercito del rey como jinete de dragones, siendo el suyo Azufre. Al estar en el frente de batalla, saber que los enemigos están avanzando de a poco, por lo que cada verano que llega a pasar en la granja de su hermano John siempre le pide que huya al sur, a lo que John se niega de manera constante. Cuando la novela está por alcanzar el climax, llega una vez más a la granja y tanto él ya gravemente herido Azufre, tienen que pelear con los dragones del ejército enemigo.

La novela refleja la relación entre dos seres que se identifican entre sí, como los son Adara y el dragón de hielo. Ambos aprecian la soledad y el frío del invierno, por lo que ambos se compenetran y rápidamente el dragón de hielo permite que Adara sea su jinete, convirtiéndose en amigos.

Además, también refleja la evolución de Adara como personaje. En un principio se la muestra como una niña solitaria, con dificultades para recibir el cariño de su padre e incapaz de expresar emociones como reír o llorar, siendo el único momento en el que siente lo más cercano a la alegría estar y montar sobre el dragón de hielo. Pero cuando se ve obligada a hacer frente a la guerra, aunque en un principio quiere huir se da cuenta de que no puede dejar atrás a su familia y regresa para salvarlos, aunque esto signifique el fin de su relación con el dragón de hielo.

Porque sí, el dragón de hielo representa la distancia entre su familia y su falta de expresión emocional. Cuando Adara decide que se quedará para ayudar a su familia y le pide al dragón de hielo que regresen a la granja, este se niega en un momento pero luego la obedece e incluso pelea contra los dragones enemigos. Lo que le ocurre al dragón de hielo es significativo, pues por primera vez Adara llora en su vida. A pesar de esto, se da a entender que el dragón deja un legado en la granja, mostrando que aunque no se le recuerda estuvo allí.

Si bien El dragón de hielo se escribió mucho tiempo antes de que Martin desarrollara su saga de Canción de hielo y fuego, esta novela corta fácilmente podría pasar como parte de ese universo, dada su relación con los dragones y sus referencias a tierras del norte y del sur, que podría relacionarse con el Norte y con el Dominio, respectivamente. Es como leer una versión preliminar y ligera de esta saga de fantasía épica, aunque desde el punto de vista de una niña del pueblo llano, un sector que no es tan explorado en los libros.

El dragón de hielo es una historia que trata mucho sobre las relaciones familiares, el vínculo con la misma y la alienación. Nos enseña que cuando el amor hacia es fuerte esto impulsará a mantener la lealtad. La recomiendo para los amantes de los libros de literatura infantil fantástica y los amantes del trabajo de George R. R. Martin, pero que busca una historia ligera o que le puedan leer a sus hijos. Por lo demás, es una novela con una gran narración descriptiva, deleitante y con un final inesperado.

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